Cada vez más actores movilizados para el desarrollo de soluciones como las energías renovables o la eficacia energética.
El acuerdo de París despertó grandes esperanzas al comprometer a 195 países en la lucha contra el cambio climático, pero quedará como una mera profesión de buenas intenciones sin el despegue efectivo de la transición energética. “París no salvó al planeta, pero preservó las posibilidades de salvar al planeta”, resumió Bill McKibben, fundador de 350.org, una organización que milita para que los actores económicos (inversionistas, instituciones, empresas) abandonen las energías fósiles –carbón, petróleo y gas– responsables de las tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tras años de difíciles negociaciones y dotados de un objetivo común muy ambicioso (limitar el alza de la temperatura mundial muy por debajo de 2ºC), los países pueden ponerse manos a la obra para buscar soluciones en materia de producción energética, transporte, construcción y agricultura.