«Creo que vamos hacia un punto híbrido: un acuerdo en base a los 2°C pero con la intención de llegar a 1.5°C», sostuvo Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales de Perú, en conversación con ConexiónCOP.
“Se necesita una señal que venga de los países desarrollados con un compromiso claro de aumentar el financiamiento. Ese será uno de los puntos necesarios para el texto del acuerdo de la COP21”, explicó Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales de Perú. Indicó también que el trabajo ejecutado en la COP21 va a fortalecer el camino para la lucha global contra el cambio climático.
Viceministro, hasta el momento se han hecho públicos 2 borradores del acuerdo. ¿Cuántos nuevos textos serán presentados antes de conocer el nuevo acuerdo global?
De manera personal, yo diría que aún faltan dos nuevos borradores del texto, que deben ser observados y comentados por todos los países. Es muy probable que el nuevo acuerdo mundial sea dado a conocer en las primeras horas del domingo 13 de diciembre.
Analicemos el texto. Una buena noticia es que el mecanismo de pérdidas y daños de todas maneras estará en el acuerdo, pero ahora se está definiendo la manera en que será ubicado. ¿Qué significa esto para Latinoamérica?
Hay una discusión compleja porque algunos países desarrollados quieren que el mecanismo esté dentro del tema de adaptación, y otro grupo quiere que se encuentre en un punto aparte. Nosotros apoyamos al segundo grupo, porque consideramos que debe existir un capítulo completo sobre pérdidas y daños, pero a la vez se debe de continuar trabajando sobre el mecanismo de Varsovia, que es un primer paso.
Para usted, ¿cuáles son los grandes avances en adaptación?
Desde la posición de AILAC, sentimos que el lenguaje es bueno y que hay un reconocimiento suficientemente explícito en el tema de adaptación. Por ejemplo, en los compromisos para evaluar la vulnerabilidad, los trabajos o avances en medidas de resiliencia son muy importantes, pero aún no está claro el financiamiento para adaptación. Nos gustaría que los países desarrollados fuesen más explícitos sobre este tema.
Precisamente sobre financiamiento, ¿cree usted que es el tema más complejo de las negociaciones?
Es uno de los grandes temas. Se necesita una señal que venga de los países desarrollados, con el compromiso claro de aumentar el financiamiento comprometido hasta la fecha. Necesitamos ver los avances del Fondo Verde para el Clima, y que se entienda que la meta de los 100 mil millones de dólares anuales es solo un primer paso para que más adelante se aumente la ambición. En contraposición, los países desarrollados están esperando que las naciones en desarrollo hagan un compromiso de hacer esfuerzos para que la lógica del financiamiento climático se posicione de manera más fuerte en sus sistemas financieros y de políticas públicas. Si no cambiamos la lógica a partir de la cual se incorpora la inversión pública y privada en el tema climático, no vamos a poder avanzar.
Los países desarrollados sostienen que varias economías en el mundo, que antes eran consideradas pobres, ahora no lo son más, y por lo tanto, podrían también subvencionar…
Queremos que la subvención ocurra, pero no de manera forzada para los países en desarrollo. Estas naciones, como el grupo de G77 + China proponen que aquellos países que tienen voluntad de hacerlo, lo hagan, pero que no se convierta en un punto obligatorio. Del otro lado, los países desarrollados están obligados por la Convención a financiar las consecuencias del cambio climático. En términos de las acciones de reducción, todos los países las tendríamos pero de manera genérica. Las contribuciones no serían obligatorias, y quedarían como referencia en el acuerdo.
¿Qué país Latinoamericano ha tenido un rol importante en las negociaciones?
Los países de la región tienen un rol muy importante. En mayor medida los países del Caribe y Centroamérica están siendo clave para insistir en la necesidad de tener un punto especial para los países vulnerables. Necesitamos una consideración especial para la condición de los países e islas que requieren un tratamiento especial, que no venga sólo por el lado de la vulnerabilidad (porque todo el planeta es vulnerable al cambio climático), sino que se vincule también a la capacidad de absorción de recursos, y a la capacidad de implementación en medidas de adaptación o mitigación.
¿Y qué países serían los vinculados?
Sin duda los países del Caribe, las islas del Pacífico, los países con menor nivel de desarrollo relativo, los países del África o Asia que requieren más trabajo para implementar proyectos y generar condiciones previas para que los proyectos puedan funcionar. Hay que generar las condiciones básicas de capacidades mínimas para que el proyecto pueda funcionar.
Ministro, actualmente el borrador del acuerdo presenta tres opciones con respecto a la temperatura del planeta. ¿Hacia dónde se inclina el acuerdo?
En el acuerdo, lo ideal es que establezca que los esfuerzos deben lograr que la temperatura del planeta se mantenga por debajo de 1.5 grados, de acuerdo a la recomendación concreta del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Sin embargo, en términos de realidad política, creo que vamos hacia un punto más híbrido, que establezca un acuerdo en base a los 2 grados, pero con la intención de trabajar hacia el 1.5, que es también un primer paso importante. Se están creando las condiciones para seguir avanzando, e irnos conformes con que se ha hecho un esfuerzo posible para seguir caminando, y que nos ha sacado del fantasma de Copenhague.
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