No hay límites a lo que podemos lograr cuando combinamos fuerzas. Ese es el espíritu de una declaración acordada en Argentina por 160 países que será la nueva hoja de ruta de este tipo de cooperación que servirá para luchar contra el cambio climático y alcanzar el desarrollo sostenible.
La Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Cooperación Sur-Sur concluyó en Buenos Aires, Argentina, con una declaración política acordada por más de 160 Estados en la que se renueva el compromiso con la promoción e inversión en este tipo de colaboración entre los países.
«La conferencia ha traído el impulso necesario y nos ha proporcionado una hoja de ruta para la cooperación Sur-Sur», dijo Achim Steiner, el Administrador del Programa de Desarrollo de la ONU del PNUD y secretario general de la conferencia, durante la ceremonia de clausura.
“Si reflexionamos sobre los cambios que han tenido lugar en la economía mundial, en el desarrollo y en el bienestar humano desde la firma del primer acuerdo hace 40 años, está claro que no hay límites a lo que podemos lograr cuando combinamos fuerzas. Hemos forjado nuevas asociaciones para los esfuerzos concertados actuales y futuros y hemos visto el espectro de oportunidades disponibles para nosotros”, agregó.
Luego, invitó a los Estados a duplicar los logros de los últimos 40 años para resolver algunos de los mayores desafíos de nuestro tiempo.
Importancia de la cooperación triangular
El documento final reconoce que la cooperación Sur-Sur contribuye a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 objetivos, entre ellos lograr la erradicación de la pobreza en todas sus dimensiones. Además, el acuerdo comparte una visión integral del desarrollo, que incluye economía, aspectos sociales y ambientales.
Asimismo, el texto reconoce la importancia de la cooperación triangular, que involucra a un país desarrollado o una organización que facilita un intercambio Sur-Sur con recursos y experiencia.
La declaración política también llama a mejorar la efectividad en el desarrollo de estos dos tipos de cooperación y señala que ambas están aplicándose de maneras distintas y en un ámbito más amplio de lo que fue originalmente establecido en el Plan de Acción de Buenos Aires en 1978.
Un ejemplo de multilateralismo
La presidenta de la Asamblea General, María Fernanda Espinosa, también se dirigió a los Estados miembros durante la ceremonia de clausura, resaltando el papel positivo del multilateralismo en el logro de resultados sobresalientes a través de la cooperación.
“Nuestro esfuerzos han valido la pena, el documento final refleja la evolución de la cooperación Sur Sur y constituye una carta de navegación hacia el futuro. Nos abre un abanico de posibilidades para ampliar aún más los horizontes de la colaboración solidaria, también con otros países desarrollados y otros actores centrales. La cooperación triangular nos incorpora como socios estratégicos y, además, incluye un mecanismo de reportes voluntarios que nos permitirá medir el impacto de estas modalidades de cooperación”, explicó.
Espinosa destacó que la cooperación Sur-Sur ayuda a acelerar la implementación de la Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible mediante la erradicación de la pobreza y el hambre, asegurando más servicios de salud y educación, promoviendo la protección ambiental y deteniendo la discriminación y la violencia contra las mujeres, entre otras metas.