América Latina es una de las regiones más susceptibles a las consecuencias del aumento de la temperatura (tanto para su economía, como para sus recursos naturales) y por esta razón los derechos humanos se ven perjudicados de manera directa y por consecuencia
La desigualdad social en América Latina pone en evidencia la importancia que tiene afrontar el cambio climático lo más pronto posible, no solo por medio de mecanismos de adaptación, sino también por medio de la mitigación. Siendo entonces una región desigual, la vulnerabilidad a los efectos de este fenómeno climático aumentan peligrosamente, poniendo en riesgo no solo la resiliencia de los ecosistemas sino también la calidad de vida de las sociedades y comunidades vulnerables tales como mujeres y niños, personas de escasos recursos y grupos étnicos.
Vale la pena destacar que de acuerdo al Banco Mundial, América Latina tiene una desigualdad de casi un 53%, lo cual más que un dato estadístico negativo, debería representar un punto de partida vital para reformular políticas públicas, disminuyendo las tasas de pobreza en la región y fomentando el emprendimiento, el empleo y el crecimiento de la economía (sin atentar al entorno).
Por otra parte y como ya hemos podido haber visto en numerosos estudios e investigaciones sobre cambio climático, América Latina es una de las regiones más susceptibles a las consecuencias del aumento de la temperatura (tanto para su economía, como para sus recursos naturales) y por esta razón los derechos humanos se ven perjudicados de manera directa y por consecuencia, las predicciones para el futuro son difíciles y altamente costosas.
Los efectos del cambio climático, combinados entre sí con las desigualdades de la región, crearán una profunda secuela en los derechos humanos, negando a los ciudadanos el acceso al derecho de un ambiente sano, de agua potable, alimentos o inclusive un hogar.
Las políticas climáticas en América Latina deben generar confianza en la población, formulando toma de decisiones públicas orientadas hacia el mejoramiento de las condiciones de las sociedades, la resiliencia de los espacios naturales y la incorporación de un nuevo modelo económico y de desarrollo basado en bajo carbono (low-carbon).
Si los gobiernos latinoamericanos no actúan ahora, el cambio climático se volverá ingobernable en la región, afectando temas que actualmente ya son críticos como acceso al agua potable, acceso a la electricidad, seguridad alimentaria, conservación de paramos y zonas montañosas, entre otros; obstaculizando una adecuada calidad de vida para los ciudadanos y negando derechos humanos que son valiosos para todos.
Todos nos veremos afectados por el cambio climático, sin embargo las naciones tienen la obligación de respetar los derechos humanos de sus ciudadanos y por tal motivo, adaptarse a los cambios y mitigar las emisiones son los principales pasos que se pueden dar para evitar que la situación se vuelva irreversible e ingobernable.