En años recientes se han hecho esfuerzos para limitar la cantidad de mercurio que ingresa en el medio ambiente.
Científicos en Suecia alertaron que el aumento de la temperatura global podría incrementar en siete veces los niveles de mercurio de los peces, haciéndolos dañinos para el consumo.
De acuerdo con la investigación, el incremento de las lluvias y del agua de nieve derretida provoca un aumento de la materia orgánica en los sistemas acuáticos, lo que altera la cadena alimentaria añadiendo una capa más de organismos complejos, que incrementan la concentración de mercurio en la cadena trófica.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el mercurio es uno de los metales más tóxicos del mundo y una de las diez mayores amenazas a la salud pública. La presencia de niveles elevados de esa sustancia ha sido vinculada a daños en el sistema nervioso, parálisis y discapacidades mentales en niños.La forma más común en la que nos exponemos a este metal tóxico es a través de la ingesta de pescado que contiene metilmercurio, una forma orgánica del compuesto químico que se forma cuando las bacterias reaccionan con el mercurio en agua, tierra o plantas.
Los niveles de mercurio en el ecosistema han aumentado entre un 200 y un 500 por ciento desde la revolución industrial, como resultado del uso de combustibles fósiles como el carbón.