Informe, que este lunes será presentado a la Presidenta Bachelet, muestra el impacto de la sequía que afecta a Chile.
La llaman “megasequía”, no sólo porque en algunas zonas de Chile se inició hace más de seis años, sino porque cubre siete regiones, desde Coquimbo a La Araucanía, donde el déficit de precipitaciones bordea el 30%. Se produce en la década más seca y cálida registrada, con temperaturas entre 0,5 °C y 1,5 °C sobre el promedio histórico, y ha tenido impactos en la agricultura, el número de incendios y hasta en los nutrientes que llegan de los ríos al mar.
“Cuando uno ve el registro histórico encuentra muy pocos eventos similares, incluso en ciertos lugares no hay ningún análogo a éste”, explica René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), el mayor centro de estudios sobre el clima en Chile, que está conformado por investigadores de las universidades de Chile, Austral y de Concepción.
El climatólogo es el coordinador del “Informe a la Nación: megasequía 2010-2015, una lección para el futuro”, que este lunes entregarán a la Presidenta Michelle Bachelet. En él explican que previo a este evento, lo más común era sufrir sequías hacia el norte de Chile, las que duraban unos dos años. “Esta sequía, al menos algunos de los años que la conforman, ha tenido anomalías o déficits prolongados significativos hasta la Región de La Araucanía. No ha sido la peor de todas en intensidad, pero sí la más extensa y prolongada”, dice.