Foto: UNclimatechange
Especialistas latinoamericanos dan a conocer sus perspectivas sobre las negociaciones en Marruecos. A pesar de que falta elevar la ambición de los compromisos climáticos de los países, hay avances en el financiamiento para la adaptación.
Lograr con éxito la implementación del Acuerdo de París – que entró en vigor el pasado 4 de noviembre – es en la actualidad uno de los mayores retos que enfrentan las naciones, porque con ello se podrán reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y a la vez las poblaciones podrán adaptarse a los nuevos escenarios climáticos.
Durante la 22° Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático – nombrada la COP de la acción – los países iniciaron el difícil proceso de negociar para poner en marcha el Acuerdo de París. En este sentido, se logró:
Asimismo, se vio progreso en la redacción de las normas de aplicación o manual (rulebook) del Acuerdo de París, que deberá estar listo en el 2018.
Avances en adaptación: países vulnerables buscan un balance en el tema
Uno de los temas que más se discutieron en Marrakech fue el de adaptación a los efectos del cambio climático, y la negociación estuvo muy centrada en buscar establecer un balance entre las necesidades de adaptación y mitigación. A su vez se identificó por mandato que el Fondo de Adaptación servirá al Acuerdo de París, y este recibió durante la COP22 US$ 81 millones de dólares, con contribuciones de Alemania, Suecia, Italia y las Regiones Walona y Flamenca de Bélgica. El Fondo tiene disponible actualmente U$ 230.5 millones de dólares.
Sin embargo, la cifra en mención está muy por debajo de lo que el “Informe sobre la brecha financiera de adaptación” (PNUMA, 2016) ha calculado. De acuerdo al PNUMA, se necesitan de $56 a 73 mil millones anualmente para la adaptación en países en desarrollo, y el monto crecerá a entre $140 y $300 mil millones en solamente 13 años. Es decir, los compromisos actuales al Fondo de Adaptación contribuirán a la disminución de un 0,1% de la brecha del financiamiento requerido.
Tania Guillén, especialista en adaptación del Climate Service de Alemania explicó a ConexiónCOP que las acciones actuales son carentes de ambición y que el trabajo de mitigación y adaptación deben ir de la mano dado que: “a medida que mitiguemos menos, las necesidades de adaptación se incrementan y por ende las pérdidas y daños van creciendo”.
En Marrakech se dio a conocer que el 80% del financiamiento ofrecido por los bancos multilaterales está enfocado en mitigación y únicamente 25% en adaptación. Además Brasil ha presentado oficialmente su Plan Nacional de Adaptación (NAPS), y la mayoría de los países de Latinoamérica han iniciado sus procesos de formulación e implementación de sus NAPS.
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En relación al tema de pérdidas y daños, durante la COP22 se estableció un nuevo marco quinquenal para el Mecanismo Internacional de Varsovia para las Pérdidas y Daños, que se ocupará de impactos que no sean abordados mediante la adaptación planificada, como por ejemplo, el desplazamiento, la migración y movilidad humana y la gestión integral de riesgos.
Avances en financiamiento climático: una hoja de ruta para movilizar esfuerzos
En materia de financiamiento, en Marrakech se estableció una hoja de ruta para que los países desarrollados logren movilizar 100 mil millones de dólares anuales a partir del 2020 a través del Fondo Verde para el Clima (FVC) y se recomendó mejorar el acceso y simplificar los procesos de aprobación de propuestas. El FVC cuenta actualmente con US$ 67 mil millones de dólares.
Andrea Rodríguez, abogada senior de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA) sostuvo a ConexiónCOP que se requerirá aumentar la ambición para lograr cumplir con la meta financiera y además asegurar que los recursos serán previsibles.
“Sobre el financiamiento a largo plazo, se esperaba que la COP22 establezca nuevos compromisos financieros después del 2020, sin embargo, la decisión se enfocó en aumentar la ambición de recursos y priorizar la movilización de recursos públicos. También se llamó a promover una mayor participación del sector privado”, explicó Rodríguez.
Además los países han acordado destinar US$ 23 millones de dólares al Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN, por sus siglas en inglés), que apoya a los países en desarrollo en temas de transferencia de tecnología para el clima. Dicha institución es clave para que las naciones puedan cumplir los compromisos que han contraído en el Acuerdo de París.
Durante la COP22, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), un instrumento multilateral de financiación, anunció la Iniciativa de Creación de Capacidad para la Transparencia respaldada por 11 donantes de países desarrollados que aportaron un valor de US$ 50 millones de dólares.
De ConexiónCOP – Video: “La acción climática del sector privado es fundamental”.
2018: El año clave
Como resultado de la COP22 se determinó que se debe terminar el manual (rulebook) del Acuerdo de París en el 2018 y llegar al 2020 sin dificultades, que es cuando empieza a regir el Acuerdo. El 2018 permanece indiscutible en las negociaciones climáticas como un momento clave para que los países «calibren» sus planes bajo el Acuerdo de París.
“El 2018 es importante porque el Acuerdo nos indica que es cuando se darán los diálogos facilitados y debe existir un aumento de la ambición en las contribuciones que los países han entregado porque es evidente que con los compromisos actuales el incremento en la temperatura del planeta no logrará establecerse en 1.5°C”, explica Enrique Maurtua de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Recordemos que los diálogos facilitadores permitirán establecer en el 2018 nuevas reglas para aumentar la ambición de los países a través de sus contribuciones nacionales. Se espera que estos diálogos se den a través de un proceso sólido, inclusivo y transparente, y aprovechen los beneficios de una acción climática ambiciosa, que permita alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
El efecto Trump
A pesar de que a la fecha 111 países han ratificado el Acuerdo de París y cubren casi el 80% de emisiones de GEI, la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ensombreció por algunos días las negociaciones en Marruecos. Daniela Chiaretti, periodista en el diario brasilero Valor y con amplia trayectoria en negociaciones climáticas sostiene que la COP22 estuvo marcada por la amenaza de Trump para que EEUU se retire del Acuerdo de París, e incluso ya no forme parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
“Si Estados Unidos se retira, China como uno de los mayores emisores se quedaría solo y eso es peligroso porque no es bueno tener solo una potencia sin que la otra la monitoree ni la controle”, explica.
Por su parte, Jimena Nieto, quien fue negociadora del grupo AILAC, dijo que frente al contexto mundial el mensaje para Latinoamérica es continuar con las acciones de implementación de los compromisos climáticos a nivel nacional y dar su apoyo sólido y contundente a la CMNUCC en general, y al Acuerdo de París y a su implementación en particular.
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