Las temperaturas en el Polo Sur han subido el triple que en el resto del mundo en las últimas décadas.
El Polo Sur geográfico no escapa al calentamiento global. Localizado en la meseta antártica, la región más fría del planeta lleva tres décadas calentándose y lo hace a un ritmo que triplica la media del planeta. Investigadores vinculan ahora esta anomalía a cambios en los vientos oceánicos que llevan hasta el interior de la Antártida un aire más cálido y húmedo. En lo que no coinciden los científicos es en el reparto de responsabilidades de esta alteración entre el cambio natural y el cambio climático provocado por los humanos.
La temperatura en el extremo más meridional del planeta se viene registrando de forma ininterrumpida desde 1957. En noviembre del año anterior, EE UU había desplegado los primeros módulos de su Estación del Polo Sur Amundsen-Scott a pocos metros del polo sur geográfico. La estación se encuentra en la parte más oriental de la meseta antártica y sobre unos 2.700 metros de hielo. Esta altiplanicie de la Antártida de unos 1.000 kilómetros de diámetro apenas se ve afectada por los vientos oceánicos lo que la convierten en la región más seca y la que registra las temperaturas más bajas del mundo.
Un grupo de investigadores ha analizado ahora los datos meteorológicos de la estación para comprobar que la temperatura media del aire se mantuvo, incluso bajó, hasta 1989. Pero desde entonces no ha dejado de subir. Medida con termómetros en superficie y radiosondas elevadas por globos meteorológicos en la atmósfera más cercana, la temperatura ha subido 1,8º. De hecho, 2018 fue el año más cálido que se recuerda en la estación. Su media térmica fue 2,4º superior a la registrada en los anteriores 40 años.
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