Los cambios en el clima y la intervención humana dejan a las especies animales con tres opciones: adaptarse, marcharse o morir.
Los animales son sensibles a los cambios de temperatura, tanto o más que los humanos. Piensa en lo mal que te sientes cuando tienes fiebre. Ellos sufren también este tipo de malestar como consecuencia del cambio climático.
Una de las principales consecuencias del cambio climático es el aumento generalizado de temperaturas, provocado sobre todo los efectos de la actividad humana sobre el medio ambiente.
¿Te has dado cuenta de que cada vez hace más calor? Los veranos duran ahora una media cinco semanas más que durante la década de 1980. Zonas de la península ibérica que antes tenían un clima mediterráneo, como el Valle del Ebro, tiene cada vez más un clima más semiárido.
Y los animales son sensibles a estos cambios. Cada especie tiene una serie de condiciones climáticas (humedad, temperatura) en las que se sienten a gusto, pero el calentamiento global está alterando estos patrones.
“El cambio climático está llevando a muchas especies al límite. Les falta agua para beber o sufren temperaturas en las que no están cómodos”, explica David Vieites, director del Departamento de Biogeografía y Cambio Global del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), institución del CSIC.
Adaptarse, marcharse o perecer
Cuando las condiciones meteorológicas son desfavorables hasta el extremo, los animales tienen tres opciones: adaptarse al nuevo hábitat, marcharse o perecer.
Por ejemplo, algunos animales diurnos pasan a tener una actividad nocturna porque se sienten más cómodos durante la noche, cuando las temperaturas bajan.
Otros animales optan por cambiar los patrones de migración y se desplazan al norte, en búsqueda de temperaturas más bajas, o bien hacen lo contrario y dejan de migrar.
Es el caso de las cigüeñas. Antes iban a África a pasar el invierno, donde las temperaturas son más altas. Ahora, en cambio, cada vez menos cigüeñas emprenden el viaje porque los inviernos cada vez son más templados en la península Ibérica y no ven la necesidad de migrar hacia el sur.