Las regiones más frías en el estudio puedan ver las mayores reducciones en el hielo.
El cambio climático puede reducir significativamente el «hielo costero» en el Ártico, un recurso vital que conecta comunidades aisladas y proporciona acceso a zonas de caza y pesca a las comunidades del norte de Canadá y el oeste de Groenlandia.
Es la conclusión de un estudio de la Universidad de Brown, publicado en ‘Nature Climate Change’, utilizó datos meteorológicos y observaciones satelitales casi diarias de 28 comunidades árticas para determinar el momento de la ruptura del hielo en la costa en cada lugar durante los últimos 19 años.
El análisis permitió a los investigadores determinar las condiciones que impulsan la ruptura del hielo en primavera para, a continuación, usar modelos climáticos para predecir cómo ese tiempo podría cambiar en cada comunidad a medida que el planeta se calienta.
El análisis encontró que para el año 2100, las comunidades podrían ver las temporadas de hielo en la costa reducidas en cualquier lugar de cinco a 44 días, con las comunidades más frías en el estudio viendo las mayores reducciones.
La amplia variedad de resultados potenciales fue una sorpresa, dicen los investigadores, y subraya la necesidad de tener en cuenta los factores locales al elaborar políticas para prepararse para el cambio climático futuro.
«Una de las conclusiones clave para mí es que a pesar de que todo el Ártico se calentará y perderá hielo, vemos resultados muy diferentes de una comunidad a otra», destaca Sarah Cooley, autora principal del estudio y doctora. estudiante en el Instituto Brown para el Medio Ambiente y la Sociedad (IBES).
«Cuando se combina esa amplia gama de resultados con el hecho de que las diferentes comunidades tienen muchas diferencias sociales, culturales y económicas, significa que algunas comunidades pueden experimentar impactos mucho mayores que otras», añade.
Por ejemplo, las comunidades del norte de Canadá de Clyde River y Taloyoak, que dependen particularmente del hielo en la costa para la caza y la pesca de subsistencia, verán algunas de las disminuciones más importantes en el hielo marino.
De media, estas dos comunidades pueden esperar que el hielo se rompa de 23 a 44 días antes, respectivamente, para el año 2100. Eso podría significar que «las actividades significativas desde el punto de vista económico y cultural serán más difíciles de mantener en el futuro», escriben los investigadores.
Que las regiones más frías en el estudio puedan ver las mayores reducciones en el hielo es motivo de preocupación, recuerda el coautor del estudio Johnny Ryan, investigador postdoctoral en el IBES.
«Algunos de estos lugares se consideran los últimos restos de ecosistemas verdaderamente polares y la gente habla mucho sobre preservar estas áreas en particular –señala Ryan–. Sin embargo, estas son las áreas que encontramos que perderán más hielo».