Para cumplir con la meta se requerirá una inversión de unos 650 millones de euros anuales. De esa manera se podría cumplir con los compromisos ante la Unión Europea de reducción de GEI.
En España deberían circular 300.000 coches eléctricos en 2020. En 2025, entre 1,2 y dos millones. En 2030, entre 4,4 y seis. Es lo que tendría que ocurrir con el transporte de pasajeros si España quiere cumplir con los compromisos ante la Unión Europea de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, según un estudio de la consultora Deloitte. El informe estima que para cumplir con esas metas se requerirá una inversión de unos 650 millones de euros anuales hasta 2030 (para incentivos y puntos de recarga). En 2015 circulaban solo 6.500 vehículos de este tipo en España y el Gobierno apenas ha destinado 40 millones de euros en incentivos para coches eléctricos desde 2009.
Cuando se habla de la lucha contra el cambio climático se suele pensar en chimeneas humeantes y centrales térmicas que emplean el carbón para generar electricidad. Pero no en tubos de escape. Sin embargo, el sector del transporte (además de desencadenar otros problemas de contaminación) supone alrededor del 25% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad económica en España. «Se ha puesto mucho el foco en la generación eléctrica limpia y no se ha puesto en el transporte», señala Alberto Amores, uno de los autores del informe de la división Monitor Deloitte Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050.