La técnica, que ya se implementa en la India, reúne a la granja y la casa: los residuos de un ámbito de la vida se transforman en un insumo para el otro en un ciclo autosostenible.
La granja de media hectárea que Sukomal Mandal tiene en el mayor bosque de manglar del mundo es un oasis de prosperidad, a pesar de que el mar se está tragando lentamente a la tierra.
Mandal, de 50 años, y su familia, viven en la localidad india de Biswanathpur, en Sundarbans, el bosque de manglar de 10.000 kilómetros cuadrados que India y Bangladesh comparten en el delta de la bahía de Bengala.
En este punto álgido de biodiversidad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), no quedan dudas sobre el impacto de la subida del nivel del mar que provoca el calentamiento global.
Los estudios muestran que la región perdió anualmente unos 5,5 kilómetros cuadrados entre 2001 y 2009, en comparación con los cuatro kilómetros cuadrados perdidos por año en las cuatro décadas previas.
Para la población no es fácil llegar a fin de mes en estas condiciones.
Varios grupos de agricultores del bloque administrativo Patharpratima, en el distrito Sur 24-Parganas, dijeron a IPS Noticias que cada familia tiene al menos un integrante emigrado, cuyas remesas son cada vez más necesarias.
Otros, como Sukomal y su esposa, recurren a métodos de agricultura integrada.
“El sistema de agricultura integrada prácticamente reproduce a la naturaleza”, explicó Debabrata Guchhait, un capacitador de la Sociedad de Bienestar Srijan Indraprastha (ISWS), que trabaja por la seguridad alimentaria de la comunidad.
La técnica “reúne a la granja y la casa”, por lo que los residuos de un ámbito de la vida se transforman en un insumo para el otro. Los cultivos básicos se mezclan con otras variedades de plantas y hortalizas, mientras que el ganado, los patos y las gallinas forman parte del ciclo autosostenible.