Buscar la transparencia en la información sobre el financiamiento climático y aumentar la ambición en las contribuciones nacionales son temas importantes en la cumbre climática.
“Por ejemplo, a nivel de la región –advirtió la especialista- si bien somos altamente vulnerables, la transferencia de financiamiento para los temas de mitigación es siete veces mayor que la que se deriva a la parte de adaptación”.
Guzmán recalcó que el financiamiento internacional no se ha distribuido de manera equitativa en la región, por lo que diez países son los principales receptores de estos fondos y de estos solo dos reciben la mayor parte: México y Brasil.
Al hablar de financiamiento, el tema de la transparencia es uno de los más álgidos. Se requiere transparencia no solo en el tema de la transferencia de recursos, sino en cuanto al impacto de ese financiamiento, sostuvo la coordinadora de GFLAC. “Hoy no tenemos certeza de cuánto ha incidido el financiamiento climático en términos de emisiones y de vulnerabilidad”, recalcó.
Pero lo más importante, precisó, es lograr que los países de Latinoamérica integren el tema del financiamiento del cambio climático en el gasto público.
“En el GFLAC llevamos a cabo análisis sobre los elementos de financiamiento climático que los países entregaron en sus contribuciones y nos dimos cuenta de que muy pocos tienen claro cuánto les cuestan esas contribuciones, es decir, cuánto van a poner desde sus presupuestos públicos o cuánto necesitan de la contribución internacional para cumplir con esos objetivos”, refirió Guzmán.
Y recalcó que si bien “no hay números absolutos, tener claridad de esos costos da la posibilidad de dimensionar cuánto le falta a un país. Puede ser que esta falta de información se derive de un manejo político, pero sería de un manejo político inadecuado, pues los donantes están siendo cada vez más estrictos sobre dónde ponen sus recursos; ya no quieren tener fondos perdidos que no tengan rendición de cuentas, que no demuestren impactos significativos”.
El diputado Vallespín advirtió desde su rol parlamentario, que en la ratificación que deben hacer los congresos de los países del Acuerdo de París, estas instancias deben plantear que en los presupuestos de las naciones consten medidas sectoriales para cumplir la reducción de los GEI. “La discusión de la Ley de presupuesto se transforma, entonces, en un tema fundamental”.
Hay otra instancia en la que los parlamentos estarían llamados a jugar un papel estratégico en la agenda climática. Si bien a nivel de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) no se han establecido medidas de sanción para los países, Vallespín advirtió que los congresos deben ejercer una fiscalización sobre el cumplimiento del compromiso internacional que ha asumido cada país y que se convertiría en ley.
En la gestión climática el concepto de integración se abre a otros temas en la gestión climática, como el de la consecución de metas. “Las actuales contribuciones no nos alcanzan para lograr los objetivos de París” recalcó Guzman.
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Y recordó que estas contribuciones adolecen de lo que se podría identificar como una falla de origen:
“Las contribuciones que han presentado los países fueron desarrolladas básicamente por los gobiernos centrales. No fueron un ejercicio integral en el que se colaborara, por ejemplo, con los gobiernos subnacionales, donde hay parte de la responsabilidad de emisiones, como en el tema de residuos sólidos o de transporte público”.
El diputado chileno destacó que el Acuerdo de París señala que en 2018, cada país deberá revisar el estado global de su compromiso en cuanto a la reducción de emisiones.
“Lo que ya se hizo mal no se puede cambiar hacia atrás, podemos cambiar hacia delante. Por eso es importante la revisión que se tiene que hacer en 2018, porque si, efectivamente, en ella se da cuenta de que el tiempo transcurrido entre 2015 y 2018 incidió negativamente en aumento del calentamiento global, eso obligará a los países a revisar sus propuestas, a hacerlas más ambiciosas”, comentó el diputado.
Y por eso Vallespín identificó en la estrategia para el seguimiento del cumplimiento de las contribuciones un desafío para esta COP22. Actualmente todo lo que se va logrando en términos de avances debe dejar de estar supeditado a la información que los mismos estados proporcionan para el seguimiento de la reducción de emisiones, dijo.
Y refirió una iniciativa en curso: “Europa está avanzando en un proyecto, a nivel global, para que exista una medición científica, que se haga con recursos satelitales, por ejemplo, que permitan buscar metodologías que nos digan si efectivamente se está generando la reducción que los países están informando”.
El diputado chileno recalcó que el cumplimiento de los compromisos debe ser un tema de la agenda política de los países, que conste en los programas de gobierno y en el debate de los procesos electorales. “Debemos convertirnos en una sociedad de ciudadanos conscientes y no de consumidores obedientes”.
La coordinadora de GFLAC convocó a “ciudadanizar el cambio climático, a tomar las acciones necesarias para hacerle justicia al sistema climático”.