El objetivo es que la temperatura del planeta no suba más de 2 ºC
«Estamos batiendo un récord en esta sala con el número de firmantes», decía orgulloso el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, cuando daba comienzo la ceremonia para la firma del Acuerdo de París, alcanzado el pasado mes de diciembre para que la temperatura global no aumente más de 2ºC -y mejor si no sube 1,5ºC-.
Medio grado ambicioso que tiene importantes consecuencias en el cambio climático para los campos de cultivo, la disponibilidad de agua o la degradación de los arrecifes de coral (fundamentales para la supervivencia de las especies marinas), según ha puesto de manifiesto una investigación publicada por Earth System Dynamics. «La era del consumo sin consecuencias se ha terminado», dijo Ban recordando que los esfuerzos para ‘descarbonizar’ las economías deben intensificarse.
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Más de 170 países firmaron el Acuerdo de París y se comprometieron a implementar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, algunos estados anunciaron su inmediata ratificación -Fidji, Maldivas y Tuvalu, entre otros-. Sin duda, el riesgo de que algunas islas desaparezcan ante la subida del nivel del mar hace aún más urgente la adopción de las medidas para frenar el calentamiento global.